Todos dicen que soy persona de gran sensibilidad y
estabilidad emocional, pero de escasa movilidad. No cabe
duda de ello, pues suelo meditar mucho y andar siempre
con la cabeza gacha pensando. Por eso me dicen que voy
cabizbaja y meditabunda. Cuando iba a la escuela, pasaba
el tiempo libre pensando y estudiando. No hablaba por los
codos, ni estaba pensando en las musarañas, sino que me
sentaba en mi pupitre y me concentraba con rapidez.
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